Fermentación horizontal: el proceso clave que distingue a Heineken en la industria cervecera

A diferencia de los tanques verticales habituales. Con esta técnica se logra una perfecta fermentación y con la presión adecuada que da como resultado su aroma frutado.

En 2024, la producción mundial de cerveza superó los 2.000 millones de hectolitros, reflejando no solo el crecimiento del consumo, sino también la constante evolución de una industria que cada vez apuesta más por la diversidad y la innovación. A nivel global, las técnicas y procesos de elaboración se han diversificado para adaptarse a las nuevas tendencias y preferencias de los consumidores, dando lugar a una amplia variedad de estilos, sabores e ingredientes.

En este contexto competitivo, donde el sabor y la calidad marcan la diferencia, Heineken se consolida como un referente global gracias a su meticuloso proceso de elaboración, que combina ciencia, tradición cervecera e innovación que hacen parte de un compromiso inquebrantable con la excelencia cervecera.

Uno de los elementos clave que diferencia a la marca de otras cervezas es su fermentación en tanques horizontales, una técnica única que resalta su sabor equilibrado, intenso y con notas frutales inconfundibles.

A diferencia de los métodos convencionales, Heineken utiliza tanques horizontales especialmente diseñados para permitir que su exclusiva levadura tipo A, uno de los elementos naturales imprescindibles en su elaboración, fermente con la presión ideal. Este proceso favorece una fermentación más controlada y delicada, dando como resultado una cerveza más redonda, con mayor complejidad en boca y un carácter propio que conquista desde el primer trago.

Heineken es la única cerveza en el mundo que utiliza esta exclusiva levadura tipo A, cultivada y conservada desde hace más de un siglo. Además, se elabora con 100% malta de cebada, sin aditivos ni conservantes, lo que garantiza su pureza y frescura. Esta receta inalterada desde 1873 representa el legado cervecero de la marca, cuyo heritage se traduce en una experiencia auténtica para quienes valoran la calidad desde el origen.

Durante 28 días, esta cerveza se elabora a partir de malta de cebada, agua y lúpulo, sin aditivos ni conservantes, lo que garantiza su pureza, frescura y ese color dorado brillante que la caracteriza.

“Para nosotros, hacer cerveza no es solo producir una bebida, es respetar una filosofía que comienza con ingredientes puros y termina en un sabor memorable. La fermentación horizontal y la levadura tipo A hacen parte de una fórmula perfeccionada con el tiempo, que se traduce en la experiencia única de tomar una Heineken”, expresó Sergio Guevara, gerente de marca de Heineken.

Con esta combinación de tradición y perfección técnica, Heineken continúa elevando el estándar cervecero a nivel mundial, demostrando que el sabor inolvidable empieza en el detalle invisible: el arte de la fermentación.

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