Así será el vuelo más largo del mundo con 25 horas de recorrido.

De China a Argentina, suena irreal pero ahora es posible, tener el vuelo más largo de la historia de la aviación.

Qantas Boeing 747 captured mid-flight against a clear blue sky, symbolizing aviation and travel.

El avión cruza la noche sobre el Pacífico. Usted reclina el asiento, escucha el zumbido grave de los motores y observa cómo las luces de la cabina se atenúan. Hace unas horas despegó de Shanghái y aún falta un trecho larguísimo para llegar a Buenos Aires. Afuera, el cielo es negro con estrellas brillantes. La tripulación anuncia que habrá una breve escala técnica en Auckland, Nueva Zelanda. Nadie cambia de avión, nadie recoge maletas. Se trata de una pausa de dos horas para reabastecerse antes de continuar. Lo llaman un vuelo directo aunque no lo sea en sentido estricto. Esa es la nueva promesa de China Eastern Airlines, que conecta Shanghái y Buenos Aires en lo que la compañía promociona como el vuelo más largo del mundo.

Denis Belitsky es una de las tres grandes aerolíneas estatales chinas. Nació en 1988 con base en Shanghái y desde entonces ha expandido su red hacia Europa, Norteamérica y Oceanía. Su flota está compuesta por grandes aviones como el Boeing 777-300ER, un máquina capaz de resistir jornadas de vuelo tan extensas como esta. De esta forma, la aerolínea anunció que a partir del 4 de diciembre operará la ruta Shanghái Pudong–Auckland–Buenos Aires dos veces por semana. El trayecto está previsto para durar 25 horas y media en el sentido hacia Argentina y cerca de 29 horas en el regreso hacia China, más largo debido a los vientos en contra. Con esta jugada, la compañía busca abrir un canal aéreo entre Asia-Pacífico y Sudamérica que simplifique los viajes de negocios, comercio y turismo.

¿Cuántos kilómetros recorrerá el vuelo más largo del mundo?

El vuelo recorrerá cerca de 19.300 kilómetros. Al llamarlo “directo”, China Eastern se acoge a una definición amplia, lo que quiere decir que en un solo número de vuelo, un solo avión de principio a fin, aunque exista una parada técnica. Los puristas de la aviación señalan que el récord de mayor distancia sin escalas continúa en manos de Singapore Airlines. 

Desde 2018 esa compañía opera la ruta entre el aeropuerto Changi, en Singapur, y el JFK de Nueva York, que cubre 15.349 kilómetros en menos de 18 horas y 40 minutos. No hay pausas ni repostajes en medio. Quien se suba al SQ23 o al SQ24 debe armarse de paciencia y preparar sus piernas para casi 19 horas de encierro continuo.

¿Cuáles son los otros vuelos largos que existen?

El listado de vuelos ultralargos ha crecido en la última década. Qantas conecta Perth con Londres en más de 17 horas. Por otro lado, Qatar Airways operó durante varios años el Doha-Auckland, uno de los trayectos más extensos en el hemisferio sur. Desde Australia y Nueva Zelanda han salido rutas hacia Dallas o Nueva York que rondan las 18 y 19 horas en el aire.

Los vuelos largos mencionados anteriormente requieren aviones diseñados para resistir y optimizar el consumo de combustible, como el Airbus A350-ULR o el Boeing 787 Dreamliner. El proyecto Amanecer de Qantas busca ir todavía más lejos y lograr un vuelo sin escalas entre Sídney y Londres, separados por más de 16.000 kilómetros.

El nuevo Shanghái/ Buenos Aires y sus precios

Para algunos expertos no podrá proclamarse como el más largo porque tiene escala. Sin embargo, en el terreno de las campañas comerciales, el título de “directo más extenso del planeta” resulta seductor. En el aire de la publicidad, los matices técnicos se pierden y lo que queda es la idea de una travesía colosal sobre océanos y desiertos, a través de zonas tan remotas que bordean la Antártida.

Viajar en esta ruta no será barato. Los boletos en clase económica se ofrecen desde $1.538 dólares hasta $2.270 dólares. Al convertir esas cifras al peso colombiano, con una tasa cercana a los 3.860 pesos por dólar, los valores rondan entre 6 millones y 8 millones. En clase ejecutiva el precio asciende a más de $5.000 dólares, es decir, unos 19 millones de pesos. Los montos pueden variar según temporada, demanda y tarifas aeroportuarias, pero dan una idea del costo de esta aventura.

La historia de los vuelos ultralargos está marcada por desafíos técnicos y humanos. No se trata únicamente de aviones capaces de aguantar más de 15.000 kilómetros, sino de tripulaciones entrenadas para turnarse en relevos, pasajeros preparados para enfrentar el tedio de un encierro prolongado y sistemas médicos atentos a los efectos en la salud. La fatiga, la deshidratación, el insomnio o la trombosis son riesgos reales en viajes de esta magnitud. La industria ha respondido con cabinas más silenciosas, sistemas de filtración de aire mejorados, iluminación que simula ritmos circadianos y menús pensados para digerirse con más facilidad.

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